Quédate embobado con estos destinos primaverales que hemos escogido. Adivina cuáles son los rincones con más encanto alrededor del mundo y disfruta de la estación más colorida.
La Laponia noruega es un destino de ensueño que cada vez más viajeros consiguen hacer realidad. Llegar hasta ahí arriba ya es un reto en sí mismo, pero una vez en el lugar las posibilidades se vuelven casi infinitas. Auroras boreales, fiordos helados, trineos tirados por perros, excursiones en vehículos que recorren a muchos kilómetros por hora terrenos congelados, imponentes montañas blancas… Para los amantes del invierno el norte de Noruega es un sueño hecho realidad.
Arranques en la ciudad de Trømso, en el fronterizo Kirkenes, o en cualquier otro punto de la abrupta geografía del país de los fiordos, las posibilidades de Laponia noruega son innumerables. Si el dinero no es problema, prepárate para vivir un sin fin de aventuras que, como no te abrigues bien, te dejarán literalmente sin aliento. Para que saques el máximo provecho a tu viaje o empieces a soñar con él, en Skyscanner te contamos qué ver y qué hacer en Laponia noruega.
1. Ver la aurora boreal
La aurora boreal es la dama más buscada de Laponia noruega. También la más caprichosa. De la actividad solar, de las nubes que haya y de la suerte que tengas dependerá que la veas (o no) durante tu viaje al norte de Noruega. ¿No hay nada que puedas poner de tu parte para ver la aurora boreal? Si, si lo hay. Tuya es la responsabilidad de salirle al encuentro. En vez de pasarte el día encerrado en tu habitación, abrígate, prepara un buen termo de café y pasea por lugares con poca contaminación lumínica al caer la noche. Si no te apetece vagar solo u acompañado, por toda Laponia noruega hay empresas que ofertan excursiones para ir a cazar auroras boreales. Las tienes en autobús, en moto de nieve, en quad, etc. Hagas lo que hagas ve con los ojos abiertos, los dedos cruzados y la cámara preparada.
2. Montar en un trineo de huskies
En un trineo de huskies se monta abrigado y sin miedo porque estos animales han nacido para correr. Si no me crees compruébalo tú mismo cuando vayas a Laponia noruega: sé uno de los últimos turistas en subirte al trineo y verás cómo muchos de los perros que no salen ese turno a correr quedan llorando desconsolados en sus casetas. Muchas de las empresas que realizan paseo en trineo de huskies los hacen de día y de noche. ¿Ventajas del paseo en trineo de huskies de noche? Que de noche existe la oportunidad de que aparezca la aurora boreal. La nieve inmaculada, los huskies corriendo, la aurora boreal en el cielo… ¿Te imaginas?
3. Navegar en el emblemático Hurtigruten
Hurtigruten no es un barco, es una flota de barcos muy mítica que, entre otras rutas, hace Noruega de norte a sur (de Bergen a Kirkenes y viceversa) durante todo el año. La ruta permite que los pueblos costeros del norte de Noruega estén abastecidos y comunicados permanentemente y, al mismo tiempo, que los turistas puedan hacer un crucero por los fiordos helados. Aunque no hay dos barcos Hurtigruten iguales, por lo general todos tienen enormes ventanales desde los que avistar el precioso paisaje de nieve y mar. Los más modernos cuentan con hidromasaje en la cubierta superior (como, por ejemplo, el Hurtigruten Midnatsol), el mejor sitio de la nave para esperar a la aurora boreal. Importante: no es necesario hacer todo el recorrido en Hurtigruten para subir al barco. Puedes tomarlo una noche, dos o cinco, las que creas necesario para vivir la experiencia.
4. Hacer una ruta con raquetas de nieve
Una de las actividades más bonitas y económicas que pueden llevarse a cabo en Laponia Noruega es hacer una ruta con raquetas de nieve. Por lo general, existen muchas rutas sencillas para hacer con raquetas de nieve, rutas que no requieren una gran forma física y que pueden realizarse fácilmente en familia. Si buscas una ruta con raquetas más potente, investiga las existentes en los Alpes de Lyngen. Elijas una ruta fácil o difícil, las raquetas de nieve tienen una ventaja: al estar en movimiento -al andar con las raquetas de nieve- uno puede disfrutar del entorno y adentrarse en él sin congelarse, aunque las temperaturas sean bajas. Mientras estés en movimiento no tendrás ni pizca de frío, así que cálzate unas raquetas de nieve y accede a un paisaje virgen, a lo sumo con huellas de algún zorro ártico que pasaba por allí. Un paisaje que parece haber sido puesto esa misma mañana para ti.
5. Pescar y comer cangrejo rey
Pero no todo va ser hacer y ver, para sobrevivir y disfrutar de Laponia noruega también hay que comer. Ya puestos, come uno de sus platos estrella: cangrejo rey. El cangrejo rey tiene de rey el nombre y la sangre azul. Con frecuencia puedes contratar una excursión para ir a pescar cangrejo rey y comértelo después en una adorable cabañita de madera en mitad de la nada. Mientras tú recuperas tu temperatura con un café al lado del fuego, algún noruego tendrá a bien cocinar las largas patas del cangrejo rey para ti. Si no te apetece hacer una excursión, en muchos restaurantes de la zona podrás comer o cenar este manjar. Pregunta el precio antes de pedir, ¡en algunos sitios un cangrejo rey entero puede llegar a costas 100 euros!
6. Pescar en el hielo
La versión low cost y alternativa a pescar cangrejo rey en el fiordo es pescar cualquier cosa en el fiordo. Esto puedes hacerlo por tu cuenta y sin pagar licencia alguna, ya que en Noruega consideran que el fiordo es un lugar de pesca libre –a excepción de si pescas salmones, que entonces si tienes que pagar una licencia– y que todo el mundo puede pescar allí cuanto quiera. Así que si te gusta pescar lleva caña, haz un agujero en el hielo (si puedes), ten muchísimo cuidado y suerte. ¡A ver si consigues sacar un bacalao!
7. Visitar la catedral del océano Ártico
La catedral del océano Ártico, en noruego Ishavskatedralen, es más conocida por su mote que por su nombre real que, en realidad, es iglesia de Tromsodalen o Tromsodalen kirke (y no catedral del océano Ártico). Algunos se refieren a ella como el teatro de la ópera de Noruega, por su parecido con la australiana Ópera de Sídney. Diseñada por Jan Inge Hovig y construida en 1965, la Catedral del océano Ártico es el templo más famoso de Laponia Noruega y, quizá, del Círculo Polar Ártico. Curiosamente, no es la catedral de Trømso y, sin embargo, Trømso tiene dos catedrales: la catedral de Trømso o Trømso domkirke y la catedral católica de Nuestra Señora de Trømso, las dos en edificios de madera, neogóticos y ubicados en el centro de la ciudad. Si visitas la ciudad los podrás visitar.
8. Dormir en un hotel de nieve
El Snow Hotel de Kirkenes, en castellano el Hotel de Nieve de Kirkenes, está compuesto por más de 20 habitaciones esculpidas en el hielo. En él puedes experimentar lo que es dormir a cuatro grados bajo cero. No te asustes, si decides dormir en el Hotel de Nieve de Kirkenes te darán más que una sabanita para pasar la noche. Sus habitaciones de hielo decoradas con diseños culturales, Disney o tipo Taj Mahal (cada cuarto es distinto, ¡visítalos todos!) cuentan además con luz, colchones, almohadas y sacos de dormir preparados para temperaturas de menos cuatro y menos bastante más. Además, te dejan usar todos los pasamontañas y calcetines extra que necesites y estás el lado de un edificio normal -caliente- al que puedes acceder durante la noche si te va mal. Los baños están en este edificio normal (¡calentitos también!) y por la mañana podrás darte una sauna antes de desayunar. Además de la experiencia de dormir en un hotel de nieve, el Hotel de Nieve de Kirkenes oferta muchas de las actividades que en esta lista tenemos recogidas (ver auroras boreales, montar en moto de nieve, hacer excursiones con raqueras, subir en trineo de huskies, pescar cangrejo rey, etc.). ¡Disfrútalas todas!
9. Dar de comer a un reno
En Laponia noruega el mejor lugar para entrar en contacto con los renos es una granja de renos que, casi siempre, regenta una familia sami, la étnica que tradicionalmente se ha ocupado del cuidado y aprovechamiento de estos mamíferos en toda Laponia (no solo en Laponia noruega). Existen diferentes variantes de actividades y/o excursiones con renos, pero el clásico incluye ver, acariciar y alimentar los renos, así como una pequeña introducción a la cultura sami. Una actividad ideal para hacer en familia, hará las delicias de grandes y pequeños.
10. Llegar a Cabo Norte
Un clásico de Laponia noruega es visitar Cabo Norte, en principio el cabo más al norte del continente europeo (en realidad, el cabo más al norte del continente europeo es el cabo que está justo a la izquierda de Cabo Norte, pero no lo sabe casi nadie así que esperamos que guardes el secreto). Puedes llegar a Cabo Norte en coche, en autobús, en moto de nieve o en quad. Si vas en invierno infórmate bien de las conexiones y sus horarios porque son limitados. Destinasjon 71º Nord es la principal compañía turística de Honnisvang, última localidad antes de Cabo Norte y parada Hurtigruten. Estarán encantados de llevarte hasta el fin del mundo tanto de día como de noche y, si hay suerte, ¡hasta de enseñarte la aurora boreal por el camino!
11. Contemplar el arte rupestre de Alta
Si andas cerca de Honnisvang y Cabo Norte, aprovecha y baja a Alta para visitar sus prehistóricas rocas (si la nieve lo permite) y su museo de arte rupestre. Las más de 3.000 representaciones que se encuentran en las rocas de Alta están incluidas en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el año 1985, habiendo sido datada la más antigua hace más de 4000 años. Su sitio arqueológico más importante es Jiepmaluokta, a tiro de piedra de la ciudad de Alta. Si estás allí debes visitarlas sí o sí, pues es uno de esos lugares que sin ser demasiado conocido resulta un must.
12. Dormir entre lobos
Si dormir a menos cuatro grados bajo cero no te parece una experiencia suficientemente extrema, prueba a dormir entre lobos. En el Polar Park de Laponia noruega ponen a tu disposición una bonita y bien equipada cabaña de madera para que puedas vivir esta experiencia. Aproximadamente por el módico precio de 8.000 euros podrás alquilar la cabaña completa (no se alquila por habitaciones) y pasarte la noche aullándole a la luna llena sobre la nieve si quieres. Otra opción es que visites el parque y a los lobos sin quedarte a dormir. Hacer una cosa u otra depende de ti.
13. Tomar un chupito de multe
Multe (que pronunciado en español sonaría más o menos molte) es la baya más codiciada de los bosques y bosquecillos noruegos. Si un noruego o una noruega encuentra un arbusto con esta fruta no se lo dirá ni a sus padres. El molte o rubus chamaemorus por su nombre científico, mora de los pantanos por su nombre en castellano, es una especie de mora amarilla. Puedes probarla fresca (a veces las venden en puestos de comida o en mercados), en dulces (en mermeladas o pasteles) o en chupito (con alcohol). De una forma o de otra, ¡que te aproveche!
14. Comer un filete de ballena
Otro supuesto manjar que se come no exento de polémica en Laponia noruega es la ballena. Este gran mamífero es un clásico de la gastronomía de esta zona tan norteña. Lee con atención los menús de los diferentes restaurantes o pregunta a los camareros del local. Si allí no lo tienen seguro que lo tendrán un poco más allá.
15. Relajarte en el spa del Vulkana
Para que vuelvas a casa como nuevo y sin esa sensación de cansancio que a veces nos posee después de las vacaciones, haz una parada en el spa del Vulkana. El Vulkana es un coqueto barco en el que lo mismo podrás navegar en busca de vida en el mar, que darte un capricho tipo spa. Por poco más de 20 euros podrás darte una sauna, usar su haman y su hidromasaje de agua salada. La toalla, las zapatillas, un smoothie, un refresco, algo de fruta y un snack están incluidos. Y todo esto bajo la atenta mirada de las montañas nevadas (si vas en invierno). Si te das un chapuzón en el Vulkana, de Laponia noruega no volverás reventando, ¡volverás encantado!
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