Quizás estás a punto de partir hacia tu próxima escapada y, en esta ocasión, te has decantado por el sur de Alemania. Stuttgart, sexta ciudad más grande del país, ocupa el primer puesto en tu lista pero, al pararte a pensar, te has dado cuenta de que poco o nada conoces sobre esta hermosa urbe entre montañas. Situada muy cerca de Múnich y Frankfurt, dos de las grandes del país germano, Stuttgart está considerada la puerta a la Selva Negra y cuenta con innumerables atractivos.
Pasear por Bohnenviertel, uno de sus barrios más encantadores, catar sus vinos, visitar sus múltiples museos o disfrutar de las vistas desde su Torre de la Televisión son algunas de las propuestas que te traemos. Pero, tranquilo, solo tienes que echar un vistazo a nuestra lista de 10 lugares imprescindibles que ver en Stuttgart para disfrutar al 100% de la experiencia. ¡Comenzamos!
1. Un paseo por su calle principal, Königstrasse
Como toda ciudad que se precie, Stuttgart cuenta con una calle peatonal en pleno centro histórico repleta de tiendas y negocios para pasar una jornada de compras de lo más completa. Con un kilómetro de largo, Köningstrasse es la arteria comercial más larga y en ella se dan cita desde las míticas marcas internacionales presentes en todas las grandes ciudades a los comercios más tradicionales donde hacerte con productos típicos de la región. Por supuesto, todo salpicados de negocios de restauración como cafeterías y restaurantes en los que parar a descansar y recargar pilas cuando se tercie.
A lo largo de Königstrasse o “Calle del Rey”, como se traduciría el nombre, te puedes topar con varios de los reclamos turísticos más conocidos de la ciudad. Por ejemplo, el Museo del Arte, las galerías comerciales de Könnigsbau –una estructura neoclásica levantada entre 1856 y 1860- o Schlossplatz, nuestra próxima propuesta para que conozcas en Stuttgart.
2. Descubrir Schlossplatz
Y, de repente, nos topamos con esta inmensa e histórica plaza. Schlossplatz, que significa “Plaza del Castillo”, es una enorme explanada que en el pasado se utilizó como campo de instrucción de caballos y desfiles de infantería y que desde el siglo XIX constituye uno de los lugares más hermosos de Stuttgart. Con enormes hileras de jardines repletos de flores que le dan todo el colorido y alegría al lugar, se trata del rincón perfecto para descansar y desconectar del ajetreo de la ciudad, ya sea tumbado en su césped o tomando algo en cualquiera de sus cafeterías.
En el centro de la plaza se eleva la Jubiläumssäule, una columna levantada entre 1842 y 1846 para celebrar los 25 años de reinado de Guillermo I. Aunque no es la única escultura que se puede encontrar en el parque: también hay obras de célebres artistas como Alexander Calder o Alfred Hrdlicka. En la parte oriental del Schlossplatz, otro gran reclamo turístico: el complejo palaciego Neues Schloss o “Castillo Nuevo”, levantado entre los siglos XVIII y XIX, es una auténtica maravilla.
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3. Visitar el museo de Mercedes Benz
Fue Mercedes Benz una de las grandes marcas que escogió Stuttgart para establecer su sede, ¡y qué sede! Para los apasionados del mundo del motor, y para los que no, una visita a su museo es algo obligado si se viaja a Stuttgart. ¿Y cuáles son las razones? Pues, en primer lugar, conocer de manera divertida e interactiva los 120 años de historia del automóvil gracias a los más de 160 vehículos expuestos en las diferentes salas. Entre ellos, los dos más antiguos del mundo: el coche sin caballos de Gottlieb Daimler y el automóvil de tres ruedas de Karl Benz, de 1883.
Ubicado en el centro, en el barrio de Obertürkheim para ser más exactos, este museo se creó con motivo del centenario del automóvil y cuenta con otras muchas piezas interesantes, como la limusina fabricada a mano en 1930 para el emperador de Japón o el primer Papamóvil, que se fabricó para el papa Pablo VI. Saldrás de allí conociendo cada una de las curiosidades del automóvil.
Créditos fotografía © Cristian Bortes / Flickr (CC BY 2.0)
4. Adentrarse en el Museo Porsche
Y de los grandes clásicos del automovilismo, nos vamos a conocer su lado más glamuroso: Porsche es otro de los grandes fabricantes de vehículos que también tiene su sede en Stuttgart. Por ello, otro de los lugares que hay que visitar es este espacio de 5.600 metros cuadrados en el que se exhiben hasta 80 de sus rápidos y lujosos coches, muchos de ellos mandados fabricar por encargo.
Para completar la experiencia, no está de más reservar -¡ojo!, hay que hacerlo con bastante antelación- una visita guiada gratuita a las cadenas de montaje de la fábrica. Y, ahora sí, una vez entendida y aprendida la historia de los automóviles en Stuttgart desde todos sus puntos de vista, es el momento de continuar con la ruta para conocer la ciudad.
5. Subir a la Torre de la Televisión
Y llega el turno de contemplar la ciudad desde las alturas. Por eso nuestra siguiente propuesta de lugares que visitar en Stuttgart, apunta alto: la Fernsehturm, o Torre de la Televisión, con sus 217 metros de altura, será el lugar más indicado. Elevada sobre lo más alto de la colina arbolada de Hoher Bopser, fue levantada entre los años 1954 y 1956 y se trata de la primera torre del mundo construida en hormigón armado.
A la altura de sus 150 metros se halla la cafetería desde la que podrás, mientras disfrutas de un refresco, una copa de vino, o una exquisita cena, disfrutar de las fabulosas vistas que ofrece de todos los alrededores. Desde ella se divisa una maravillosa panorámica de Stuttgart, pero, además, se pueden contemplar unas estupendas vistas de Schwäbische Alb, de Schwarzald e incluso, en los días claros, de los Alpes.
6. Un viaje al pasado en Bohnenviertel
Pues sí, toca viajar en el tiempo unos siglos atrás. En concreto, al siglo XIV, cuando este precioso barrio de Bohnenviertel se encontraba a las afueras de las murallas de la ciudad y acogía, sobre todo, a judíos, artesanos y a empresarios del vino. Caminar por sus calles empedradas es una absoluta delicia y algo que no debe faltar si se visita Stuttgart.
Si traducimos el nombre, Bohnenviertel significa “Barrio de los frijoles”, y se le bautizó así, curiosamente, porque en los jardines de aquellos que solían habitar la zona se cultivaba alubias. Hoy día poco queda de aquellas costumbres, aunque con el paso de los años la zona ha ido haciéndose con un ambiente bohemio muy atractivo que ha llenado sus calles de galerías de arte, tiendas de segunda mano y antigüedades, joyerías de lo más alternativas y bares y restaurantes muy apetecibles. Sin duda, una de las zonas de más encanto de Stuttgart.
7. Perderse por los pasillos de la Staatsgalerie
Y llega el turno del arte, ¿o qué pensabas? Y para ello te proponemos acercarnos hasta la Staatsgalerie –la Galería Estatal de Stuttgart-, un museo que evolucionó a partir del Museo de Bellas Artes fundado por el rey Guillermo I en 1843 con la intención de alojar en él su colección privada de arte.
Hoy día se trata, posiblemente, de una de las mejores galerías de todo Alemania y entre sus obras se encuentran las de artistas alemanes y extranjeros tanto modernos como clásicos. Algunas de las que no debes perderte en una visita al museo son, por ejemplo, “La piedad”, de Giovanni Bellini, o “Betsabé en el baño”, de Hans Memling. Tampoco olvides contemplar “Desnudo yacente sobre almohada blanca”, de Modigliani, “Madre y niño”, de Picasso, o “Campos en primavera”, de Claude Monet.
Tras unas horas recorriendo sus pasillos y galerías, habrás contemplado el trabajo de grandes artistas de talla mundial.
8. Visitar el Altes Schloss o Castillo Antiguo
En el siglo XIV un incendio acabó con el viejo castillo de los Condes de Wurtemberg, y fue entonces cuando se decidió trasladar la residencia de la familia a Stuttgart. Para ello, se escogió esta localización: un castillo construido en sus orígenes a mediados del siglo X y reformado en numerosas ocasiones. Aunque hoy ya poca nobleza existe por estos lares, el edificio se ha reciclado para albergar el Landesmuseum Wurtemberg. Es decir, un museo en el que conocer de cerca el arte, la historia y la cultura de esta región de la que es capital la propia Stuttgart.
Solo acceder al interior ya es una experiencia: para ello, hay que atravesar las antiguas caballerizas del castillo hasta llegar a un patio porticado de elementos renacentistas.
Como curiosidad, en la Karsplatz, junto al Altes Schloss, se puede visitar un museo dedicado a la memoria de Claus Schenk Graf von Stauffenberg, un ciudadano de Stuttgart que organizó el intento de asesinato a Hitler del 20 de julio de 1944.
9. Perderse por Rosensteinpark
En esta nueva propuesta que te hacemos de lugares que visitar en Stuttgart, volvemos a pasear y a entrar en contacto con la naturaleza. Para ello toca acercarse hasta Rosensteinpark, el mayor jardín de estilo inglés de todo el suroeste de Alemania. Fue mandado construir a mediados del siglo XIX por Guillermo I y alberga, entre otros muchos rincones, lugares tan icónicos como el Palacio Rosenstein, que hoy día es el Museo de Ciencia, o el Jardín Zoológico y Botánico Wilhelma.
Este último se trata de uno de los jardines botánicos más bonitos de toda Europa: en él se pueden contemplar hasta 9.000 animales pertenecientes a 1.000 especies diferentes y una maravillosa colección de orquídeas y magnolias como jamás has visto.
10. Bañarse en las piscinas de agua mineral de Stuttgart
¿Sabías que Stuttgart es la segunda ciudad de Europa con más piscinas de agua mineral? Para celebrar este dato, y de paso refrescarnos, te proponemos poner rumbo a las de Leuze, ubicadas muy cerca del centro.
Una vez llegues a sus instalaciones, podrás disfrutar de hasta nueve piscinas diferentes, algunas al aire libre y otras cubiertas, cuyas temperaturas oscilan entre los 20 y los 34 grados. Además disponen de solárium, saunas, restaurante… ¿Qué más puedes pedir?
El agua del que se surten las piscinas procede de dos fuentes medicinales de alto grado en carbono y de un manantial de agua mineral con gas. ¿Y esto qué significa? Pues que las propiedades son muy beneficiosas para la salud, así que además de pasar un buen rato, relajarte y refrescarte, estarás cuidando tu salud. ¿Qué mejor manera para despedirte de Stuttgart?
¿Has visitado en alguna ocasión Stuttgart? ¿Cuáles fueron tus rincones preferidos? ¡Nos encantaría saber tu opinión!
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